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PRIMA SEGUNDA DE LA VERDAD

Estoy leyendo varias cositas, todas ellas relajadas, sin las prisas y los agobios del curso. Una de ellas es una novela inédita de mi amigo Mario de los Santos, La gota contra la primavera, con la que acaba de ganar el certamen de novela corta de la Fundación César Navarro. Digamos un tópico: Mario es como el vino, mejora con los años. Técnica depurada, estilo limpio, trama bien delimitada… Va bien, va bien.

Pero no voy a cometer la grosería de contar su libro delante de todo el mundo. Ya le diré qué me parece cuando me invite a una cervecita un día de estos en el piso al que se acaba de mudar después de mucho sufrimiento con los gremios de las reformas.

Otra cosita que tengo entre manos es Los exiliados románticos, un ensayo rescatado en Anagrama del que he chapurreado algo en el blog de libros de Heraldo, De reojo.

El ensayo está escrito en los años 30 por E. H. Carr, y se nota que es una obra postvictoriana. Tiene toda la mala baba y el gracejo que sólo puede exhibir un erudito inglés que ha mamado a Oscar Wilde y se ha dejado el hígado en los pubs de Cambridge. Vean, si no, esta nota al pie, que intenta aclarar ciertas divergencias cronológicas en varias versiones de un mismo hecho:

La historia entera, contada por un excelente raconteur y registrada para la posteridad por un littérateur de primera línea, quizá pueda calificarse de prima segunda de la verdad.

Todo el libro, basado prácticamente en documentación epistolar, es un cuestionamiento constante de la fiabilidad de los relatos, tanto de los que uno cuenta sobre su propia vida, como los que cuenta de las de otros. De hecho, documenta cómo se corrió por los intelectuales revolucionarios de Europa el cotilleo de los cuernos que le habían puesto a Alexandr Herzen y de cómo el propio Karl Marx en Londres se lo contó a Engels, y eso que ambos no eran nada dados a alcahuetear (ya sé que a ustedes les dará igual, pero a mí me parece divertido ver a esos dos barbudos haciendo un receso en su empeño por concienciar al proletariado de que se librara de sus cadenas para comentar un burdo marujeo marital, como dos abuelos chochos). La versión que Marx le cuenta a Engels está totalmente desvirtuada, después de haber pasado por una larga cadena de teléfono roto.

Para que los modernos historiadores amigos de las fuentes orales se fíen.

Divertido, la verdad, para pasar una tarde de levitas, monóculos y humor victoriano cínico.

EL MIEDO A TODO, DE REOJO

He escrito una cosita en el blog literario de HERALDO sobre una novela del argentino Pedro Mairal, El año del desierto. Mañana, en el suplemento MVT, que cierra temporada, más sobre ciudades destruidas por escritores y cineastas.

SARAMAGO, DE REOJO

Mi necrológica en HERALDO.es, por si a alguien le interesa el género mortuorio.

CONTRA EL FÚTBOL VIVÍAMOS MEJOR

He escrito una cosita en el blog De Reojo que a lo mejor te interesa. Empieza así:

En momentos como este, se echa de menos ese esnobismo resabiado y altivo que gastaban los escritores de antes. Se echan de menos esos autores exquisitos, tocados por la divina gracia del dandy, que no consentían no ya pisar un estadio, sino ni tan siquiera acercarse a uno para no escuchar su murmullo.

Puedes leerla entera pinchando aquí.

ESTE BLOG DE USTEDES, EN LA TELE

Los chicos de Clic!, el magacín de chóbenes para chóbenes de Aragón Televisión, la autonómica suya y mía, han sacado una pequeña pieza con este blog. Gracias a Manu, el redactor del programa, y a su cámara, que se vinieron a grabar a mi leonera hogareña para descubrir el rinconcito desde el que hago esto.

Empieza en el minuto 12 del vídeo, por si quieren saltarse los preliminares.

MALVINAS ARGENTINAS

He escrito una especie de reseña (o algo asín) de Los pichiciegos, de Fogwill. La puedes leer en el blog literario que malescribo en Heraldo.es.

IN PROGRESS

Empiezo esta semana un experimento. Hasta ahora, yo escribía mis artículos dominicales de La ciudad pixelada y le mandaba la primera versión a Álvaro Ortiz para que se currara un dibujico sin sugerencias ni aprioris por mi parte. Esta semana, a propuesta de Álvaro, lo vamos a hacer al revés: él me ha dejado hechas unas cuantas ilustraciones a su completo libre albedrío y yo construiré un texto que vaya bien con ellas. No sé si es la espesura del lunes, pero la cosa se me está haciendo más complicada de lo que parecía al principio. La cosa es sugerente pero utilitaria: este experimento es para que el señor Ortiz pueda pirarse de vacaciones y perderme de vista una pequeña temporada. A ver si se creen que los artistas se deben todo el tiempo a su arte.

La ilustración de este domingo (ofrecida en primicia para los fieles de este rincón) es esta:

Todavía no he escrito el artículo, pero ya tengo claro de qué va a ir. Se titulará, en principio, Los malos del cuento. Ya os contaré qué tal.

Esta semana ando enredado también con una página literario-musical que saldrá publicada el viernes y vuelvo a la carga con el blog De Reojo, un pelín abandonado desde que empezaron las procesiones. Hoy he escrito una entrada sobre libros de viajes fascistas, y estos son los títulos que estoy leyendo (con mi caótica manía de trasegar seis o siete tochos a la vez) y que tengo previsto comentar en los próximos días:

  • Juan Cruz, Egos revueltos.
  • David Gates, Jernigan.
  • Tony Judt, Postguerra (a punto de llegar a la página 1000. ¡sólo me quedan 250 más!).
  • Antonio Tello, El mal de Q.

Pues eso, que ya he depurado mi técnica de dar biberones y sostener un libro al mismo tiempo. Todavía no sé dar biberones y escribir al ordenador a la vez, pero todo se andará.

DELIBES, EL ESCRITOR TOTAL

Ya lo sabe todo el mundo. Ha muerto Delibes. He escrito una cosita en el blog De Reojo.

Puedes leerla aquí.

FRESÁN, EN DE REOJO

Queridas/os:

He escrito una cosita sobre El fondo del cielo, la última novela de Rodrigo Fresán, en el blog De Reojo. Tendrá una segunda parte mañana.

Y mañana viernes también sale publicada una cosita mía -tema de portada en el suplemento MVT de Heraldo- sobre literatura y televisión. Lo linkaré, por si están vagos y no les apetece bajar al kiosco o viven en un lugar distante de esta comunidad autónoma o de la Puerta del Sol y no pueden comprar el centenario diario que me paga. Aunque aquellos que hagan el esfuerzo de leerlo en papel encontrarán más material que no estará en la red. Allá ustedes si pueden vivir sin ello.

LA LECTORA TÍPICA

El otro día, en el blog De Reojo, comentaba que el perfil del lector típico español era una mujer joven, universitaria y urbana, pero me olvidé de ilustrarlo. Les presento a la lectora que los que hacen y venden libros -escritores, editores y libreros- bosquejan en sus estudios de mercado:

© Marnie Burkhart/Corbis

Esto es una realidad económica, señores míos. En cambio, esta otra cosa es una insensata fantasía. Habría que decirle a Maruja Torres que lo deje, que la realidad del mercado está en su contra. Esto nunca sucederá, es una ficción publicitaria:

© Sam Bloomberg-Rissman/Blend Images/Corbis

SALINGER: CUIDADO CON LO QUE DESEAS

Ayer, a vuelapluma y obligado por las circunstancias, escribí unas líneas necrófagas (perdón, necrófilas, digo… necrológicas) sobre J. D. Salinger en el blog literario de Heraldo.es. Puedes leerlas aquí.

FOGWILL, DE REOJO

La entrada de hoy no está aquí, sino aquí. Va de Fogwill, un tipo muy cachondo.

Como parece que empieza a funcionar (por fin: ya ha estado un par de días en la lista de lo más leído de Heraldo.es, lo nunca visto en un rincón cultureta que habla de cosas que sólo interesan a cuatro gatos. No es que a mí me importe que pase mucha o poca gente por allí, ya he asumido que soy como el informativo de La 2, pero a mis jefes sí que les importa, ya saben cómo funciona este mundo), le estoy dando un buen empujón al blog literario de Heraldo, que ha atravesado por alguna crisis de identidad, pero ya coge carrerilla y tono. Además, he leído en El País que ahora las empresas echan a la gente aludiendo un vagamente demostrable ”bajo rendimiento”, y como Pablo pide insistentemente pañales y ropa, por mí que no se diga: teclearé artículos hasta que los dedos se me hagan muñones. Por tanto, si me hacen el favor, pinchen aquí y, aunque solo sea por hoy, pasen a mi blog de libros. Es triste de pedir, pero más triste es de robar.

No lo hagan por mí, que soy pecador y no lo merezco. Háganlo por este chaval legañoso e inocente que quiere seguir manoseando juguetes de Imaginarium, seguir vistiendo ropa de calidad media-alta y seguir gozando de las ventajas de la calefacción a gas: