CUIDADO CON LOS ESTÍNJERS

La prensa se empeñaba en llamarlos skin heads, pero las madres del barrio los conocían como estínjers. Quizá no por desconocimiento del inglés, sino por una sofisticada metonimia: una cabeza afeitada semeja un culo, y en el centro del culo hay un esfínter. De esfínter a estínjer va un paso. Quiero creer que es por eso y no porque no entendieran el inglés, que en mi barrio todo el mundo hablaba inglés.

«¡Cuidado con los estínjers!», advertían las madres antes de cualquier salida vespertino-nocturna. O: «No te vistas así, que vas a provocar a los estínjers».

Era tal la paranoia que abundaban las confusiones. Cualquier cráneo pelado devenía un estínjer en potencia a ojos de una madre protectora. «¿Pues no se habrá hecho estínjer el hijo de la Dolores?». «Joder, mamá, no, que le están dando quimioterapia, si estuviste ayer en el hospital visitándole y todo». «Bueno, tú, por si acaso, cuando le veas, te cruzas de acera, y si te grita jailjilter, tú sigues caminando como si nada».

Los estínjers actuaban en manada, porque, por separado, eran unos mierdas. Eso se decía: tú coges a un estínjer a solas y se caga del susto, pero en pandilla son muy gallitos.

Gallitos: jerga viejuna. Tópicos de West Side Story.

Había debates: ¿se puede rehabilitar un estínjer? ¿Es un estínjer un nazi de verdad o un típico producto del lumpenproletariado sin conciencia política? ¿Acaso si a un estínjer le pinchan, no sangra? ¿Qué hacer si su hijo se convierte en un estínjer?, se preguntaba Mercedes Milá con un lejano brillo de suspicacia en los ojos.

Luego vino una peli en blanco y negro que no se parecía nada a West Side Story. Se titulaba American History X, e iba de un estínjer arrepentido que intentaba salvar a su hermano de ser un estínjer. Gustó mucho, la película. Retrataba muy bien la génesis de la violencia, decían los críticos.

La génesis de la violencia. Casi nada.

Yo, como no he visto la génesis de la violencia, no les sé decir si la retrataba bien o mal. Sí que sé que era un tanto aburrida, muy pretenciosa y muy simplona. Los estínjers que salían en ella se parecían demasiado a los estínjers que imaginaban las madres de mi barrio, y las madres de mi barrio siempre imaginaban muy mal las cosas porque tendían a imaginar lo que Matías Prats les decía que imaginaran, así que yo no me creía mucho a los estínjers de American History X. Además, la peli la pasaban en las clases de Ética del insti y tal, y todas las pelis que pasaban en la clase de Ética eran un coñazo. Bueno, mejor una peli que aguantar un rollo profesoral, pensábamos, pero aun así.

El caso es que yo nunca fui atacado por un estínjer. Y eso que hice muchos méritos. Llevaba el pelo largo y volvía a casa solo por la noche, cautivo y desarmado cual ejército rojo. Una vez, un amigo me regaló una camiseta muy chula con una hoz y un martillo y las siglas CCCP, que son las siglas de la URSS en ruso. Otro amigo llevaba otra camiseta con la leyenda: KGB, Still Watching You!. Pero él conservó la suya y a mí me tiraron la mía. A mi madre le parecía muy peligroso que me paseara por ahí provocando de esa manera a los estínjers. «La semana pasada —siempre era la semana pasada— cogieron a un chaval en el metro de Madrid con un pin del Che Guevara —siempre era el metro de Madrid con el pin del Che Guevara— y ahora está en la UCI de un hospital sin determinar, pero muy bueno en eso de curar heridas de estínjers». Pues vaya. Manzanas traigo, solía responder yo.

Qué casualidad, a un amigo, los estínjers le dieron una paliza o le quisieron pegar y él les devolvió las hostias o algo así. Pero es que a ese amigo siempre le estaban pasando cosas raras que nadie podía comprobar, pues nunca sucedían delante de testigos. Él fue el único conocido que dijo ser atacado por un grupo de estínjers que recorrían el barrio en misión de caza. Yo, la verdad, no me lo creí. Pensé que le resultaba más cómodo inventar una historia verosímil para su madre, escenificando uno de sus terrores de barrio más recurrentes, que contar alguna cruda verdad probablemente relacionada con el tráfico de estupefacientes al menudeo y con un camello que quería dar una lección a un niñato que estaba vendiendo demasiada mierda en su zona.

Pero qué sabía yo de violencia urbana y juvenil. Qué sabía yo de estínjers. En cambio, de tráfico de estupefacientes en mi barrio y de la mala hostia que gastaban los camellos sí que sabía un poco. También estaba al corriente de la estupidez intrínseca de mi amigo, que nunca se postuló a ningún Nobel.

Un periodista muy intrépido se infiltró entre los estínjers. Y escribió un libro que se vendió mucho, y tuvo que cambiar de identidad y esconderse, el periodista. Fue muy impactante todo. Muy valiente, el periodista. El libro gustó mucho.

A mí me pareció que estaba muy mal escrito, pero lo que más me molestó fue que la mitad de sus páginas eran experiencias sin contraste ni verificación posible, y la otra mitad eran pasajes fusilados de libros de sociología y de historia reciente de los movimientos juveniles. Y como yo ya me sabía cómo nació el rollo oi! y no soy hombre de fe —y, por tanto, no puedo creer el testimonio de alguien que no aporta sustento ninguno de su credibilidad, ya que oculta hasta su propio nombre y ni siquiera responde de sus afirmaciones con su cara y su DNI—, el impactante y valiente libro me pareció un bluff.

Vamos, que yo también escribía un libro de esos de infiltrado entre los estínjers. Con recopilar las leyendas que circulaban entre las madres del barrio y narrarlas en primera persona diciendo que las he visto, está hecho. A ver quién tiene huevos de rebatirme a mí nada. A mí, cuidadín, que he estado con los estínjers y sé cómo las gastan. A mí, que he visto el horror, tío, el fucking horror. A mí, que me fumo un puro con el coronel Kurtz todas las mañanas mientras huelo el napalm y soy el novio de la muerte.

Los estínjers eran las meigas de nuestro barrio. Haberlos, húbolos, pero, ¿quién los había visto? Yo no, desde luego, y nunca me sentí amenazado por ellos.

Los estínjers existían, y hacían de las suyas, claro. De vez en cuando, hasta mataban a alguien. El chaval ese de Donosti que fue a ver un partido de la Real Sociedad al Vicente Calderón, por ejemplo. Pero ni mi barrio ni otros estaban sojuzgados por sus pasotes violentos. Había más miedo que realidades a las que temer, y muchas más leyendas que noticias. Leyendas que envalentonaban y hacían fuertes a los cuatro o cinco engendros que conformaban aquella especie de avanzadilla neofascista.

Hoy, sin embargo, parece que ya no hay estínjers. No se oye hablar de ellos, desaparecieron sin dejar rastro. ¿Qué pasó? ¿Terminaron la FP y se montaron un taller de tunning? ¿Acabaron Derecho y consiguieron un escaño de eurodiputado por Falange Auténtica? ¿Se rehabilitaron, como el estínjer de American History X, y ahora se dedican a dar charlas sobre control de la ira en institutos públicos y escuelas de negocios?

No lo sé, el caso es que desaparecieron, como tantas otras cosas de los años noventa, como los pantalones con muchos bolsillos y como Lydia Bosch. A los pantalones con muchos bolsillos los sustituyeron los chinos del H&M; a Lydia Bosch, Carmen Machi, y a los estínjers, nadie. Hay un vacío en la violencia juvenil que urge rellenar. Hay millones de madres en toda España deseando algo que temer: no pueden quedarse tan tranquilas mientras sus hijos se van por ahí de botellón. Tienen que estar aterrorizadas por algo, démosles motivos, inventemos unos nuevos estínjers. Estínjers reloaded.

¿Es que estamos tan idiotizados por Belén Esteban que no somos capaces de inventar ni una sola amenaza urbana?

51 Respuestas a CUIDADO CON LOS ESTÍNJERS

  1. Y aquí es donde yo cuento mi ‘anésdota’ personal con un grupo de estínjers. Volvía yo a mi casa sola un día de madrugada cuando, al girar para entrar en mi calle, ví que un poco más adelante había un simpático grupo de cabezas rapadas dando patadas a los coches aparcados y cantando una canción que era algo así como: “Putas, moros y maricones os vamos a matar…”. Y así. Yo me acojoné un poquito, la verdad, y decidí avanzar todo lo despacio que podía, confiando en que no se percataran de mi presencia. Cuando ya estaba llegando a mi portal, uno de ellos me vio, y les gritó a sus compañeros: “¡Caballeros, silencio, que estamos asustando a la señorita! Tranquila, señorita, nosotros estamos aquí para proteger a gente como usted de la escoria”. Yo entretanto, no atinaba a sacar las llaves del bolso de lo que me temblaban las manos, pero al final lo conseguí, abrí la puerta y me metí en casa con las canillas a todo temblar. Que igual no eran violentos ni nada, que el chico se ve que se preocupaba por mí, y eso. Pero vamos, que yo pocas veces he tenido más miedo de que me dieran una simática paliza…

  2. viajeroaitaca

    Yo también tuve miedo de los stinjers. Mucho. Sabía que las sillas de ruedas no tuvieron mucha aceptación durante el tercer imperio, así que imaginaba que en los 90 tampoco iba a caer bien a los pelaos.

    Mira tú por dónde, tuve varias experiencias directas.

    1. Un día caminaba por el parque Miraflores hacia casa. Crucé uno de los dos puentes y me encontré con una manada de pelaos. Resulta que era un fin de semana de esos en los que se juntan para cantar beber y tal. Pasé por en medio de la manada acojonao. Pero pasé.

    2. Ese mismo fin de semana, en otro punto del parque, vi a un amigo mío correr como alma que leva el diablo. Detrás, tres stinjers le perseguían al grito de “muerte a la víctima”. Por suerte, mi amigo es más veloz que el correcaminos y escapó.

    3. Yo tenía un vecino treintañero al que saludaba en el rellano y en el bar de abajo. No sé cómo, acabamos hablando de música y me invitó a su casa. Allí tenía una buena colección de disco. Yo, que siempre he sido muy cantautoril, le pregunté si tenía algún CD de Silvio, Aute, Ana Belén.. Me dijo, sonriendo: “¿No ves que soy facha?”. Salió a por un whisky y yo me puse a curiosear. No era broma. Era nazi. En la estantería vi una foto en la que estaba delante de una gran esvástica con el brazo en alto. Volvió con el whisky y me dijo que me tranquilizase, que no me iba a hacer nada. Simplemente, era nazi.

    Te preguntas cómo acaban los stinjers. Pues bien, este vecino tuvo cáncer de testículos y tuvieron que cortárselos. No es mala metáfora.

    (Aquí tienes material para un cuento cojonudo, xd)

  3. Suerte tuviste, Sergio, de que en tu barrio no hubiera estinjers. En el mío, aún queda alguno rezagado, tan viejo como yo y al que, tristemente, aún hay niñatos, mucho más jóvenes que tú que miran con cierta admiración.
    Mis canillas saben como las de Anakrix lo que es temblar pasando por aquel siniestro garito que se montaron hace años en Madre Sacramento.

  4. Yo me moví en su momento con estinjers, pero no de los nancys. Y sí, mi madre me llevó a 4 psicólogos distintos por ese motivo -me llevaría a otros tantos por otros motivos distintos. Te recomiendo que leas, si no lo haces ya, a Kiko Amat.

    Yo echo en falta un poco de tribalismo en las calles, rollo Warriors pero mesetario, como en los ochenta. Con anécdotas de peleas multitudinarias en las fiestas de San Isidro entre rockeros-moteros, punkis, skins y mods. Es que ahora entre pokeros, chonis y poligoneros la cosa ha quedado deslucida, la violencia está menos organizada, menos mitificada y sobretodo visten con tan poco gusto.

    Por cierto yo fui estinjer y no sólo tengo una carrera sino que trabajo en la universidad actualmente. Lo que significa dos cosas: que en España hasta al más tonto le dan carrera y que para algo tienen que existir las cuotas para minusválidos.

    Sobre el libro de Salas, no sólo fusiló medio libro de otros sino que la otra mitad (bueno, el 45%) era de la página web de un nancy sobre rac/oi y el 5% todo bastante inventado. ¿Viste la película? Cómo se nota que es cine espàñol. Al menos los hollywood-nancys dan para un largometraje para las masas, la española ni eso. Por cierto, que cualquier película de Hollywood sobre nancys tiene siempre un efecto contrario: siempre hay niños que quieren ser como esos a los que las películas dicen que hay que odiar, porque por odiados son temidos. En España, a partir de esa película y otras tantas fantasmadas del estilo, salieron nancys hasta debajo de las piedras (sobretodo en barrios o muy pijos o muy muy obreros).

    Salud y força al canut.

  5. Poco contacto he tenido con los rapaos. Mucho más miedo me han dado siempre los pijos macarras. Y encima, a mi madre estos últimos le parecían unos chicos encantadores y muy bien vestidos

  6. No se si me inquietaban más los skins de nuestra adolescencia, o quienes ahora ven en el cáncer “metáforas” para cuentos “cojonudos”.

  7. No, no, no, por aquí no paso, Sergio Del Molino. Usted sí vio estínjers muy de cerca en su barrio, de hecho estuvieron a punto de reventar un acto que usted y sus colegas habían organizado en su instituto bajo el amparo de cierto profesor de éitca. Y si no llega a ser porque usted mismo frenó con sus fornidos brazos al “gallito” de uno de sus amigos, nos habría pateado nuestros pelados culos. ¡Y tengo vídeos que corroboran mi versión!

  8. Silvia: ¡que no eran estínjers, que estaban de parranda!

  9. Joder, colega, con todos mis respetos pero esto me parece una basurilla sin contenido. Primero creo yo que deberias informarte un poco acerca de los Skinheads. Para empezar que quede claro que yo no soy skinhead pero me muero de la risa cada vez que algún listo como tu se pone a escribir alguna bazofia progresista que huele a izquierdismo barato. Quiero dejar constancia de que tampoco soy de derechas, pero ahora cualquiera se cree con derecho a escribir sobre temas que desconoce o porque ha visto alguna película o las noticias. Solo te pido que antes de escribir te documentes un poco, ¡Gracias!

  10. Bueno. Como resulta que yo he leido lo único historiográficamente reseñable sobre el tema, que son los libros de Xavier Casals, creo poder decirle a “Nacho” que lo único aquí que huele a “basurilla” es su comentario. ¡Ah! Y como conozco el contexto internacional gracias a los libros de Ferran Gallego “Ultrapatriotas”, “Neofascistas” y “Por qué Le Pen”, le digo a Nacho: ¡A mamarla!

  11. Nacho: lo tengo comprobado, cada vez que un texto empieza “con todos mis respetos” es porque no va a tener respeto ninguno. Para empezar, no soy su colega, don Ignacio, así que no me tutee. Y para seguir, no es usted nadie para decirme a mí lo que tengo o no tengo que documentarme. Refute y debata lo que le apetezca, pero refute algo, porque calificar un texto de bazofia sin aportar argumento ni ocurrencia alguna que apoye la afirmación no es una refutación, sino un simple insulto, lo cual lo rebaja a usted a la categoría más baja del más bajo estínjer.

  12. Javivi:
    Te crees que fenomenos como el de los skinheads se aprende leyendo libros de historiadores y filósofos (que su relación con los skinheads es precisamente la anteriormente citada). El dia que salgas a la calle y los conozcas en persona y te juntes con ellos y te cuenten sus inquietudes, sus problemas y demás, entonces quizás comiences a entender. Puede, que te des cuenta que ni todos son nazis y fascistas, ni todos son tontos, ni todos van dando palizas por ahi. Yo he conocido a unos cuantos y seguramente sean mejores personas que tu. Si gente como tu dice esas bobadas es cuando la gente se cabrea y es lo más normal. Por cierto lo de Nacho entre comillas no se a que viene ya que es mi nombre real. No tengo nada que esconder. Y ya que empezamos a faltar, sepa ud. que eso es indicativo de que mis palabras han calado hondo y, como se suele decir, la verdad ofende.

  13. De acuerdo. Sr. Del Molino. Refutaré su texto. Le citaré a ud. con su permiso y despues pondré mi humilde opinión.

    1.”La prensa se empeñaba en llamarlos skin heads, pero las madres del barrio los conocían como estínjers. Quizá no por desconocimiento del inglés, sino por una sofisticada metonimia: una cabeza afeitada semeja un culo, y en el centro del culo hay un esfínter. De esfínter a estínjer va un paso. Quiero creer que es por eso y no porque no entendieran el inglés, que en mi barrio todo el mundo hablaba inglés.” – Bueno, aquí tenemos la primera muestra de su afilada prosa, en la que se contradice,despues de leer su último comentario. El que esa gente se comporte de una manera reprobable, no le da derecho a ud. según su último comentario a insultar ni menospreciar a nadie (no vaya a estar ud. a la altura de sus queridos “estinjers”).
    2. “«¿Pues no se habrá hecho estínjer el hijo de la Dolores?». «Joder, mamá, no, que le están dando quimioterapia, si estuviste ayer en el hospital visitándole y todo».” «Bueno, tú, por si acaso, cuando le veas, te cruzas de acera, y si te grita jailjilter, tú sigues caminando como si nada». – Si pretendía ser sarcástico, desde luego ha utilizado un recurso muy pobre y facilón para mi gusto, me refiero al del cáncer, por supuesto. Y por cierto, no caiga demasiado en los errores forzados como “jailjilter” porque puede confundir a personas que no estén familiarizadas con el vocabulario y a mi parecer, es de muy mal gusto (por supuesto es solo una apreciación mia).
    3.”Los estínjers actuaban en manada, porque, por separado, eran unos mierdas. Eso se decía: tú coges a un estínjer a solas y se caga del susto, pero en pandilla son muy gallitos.” – Una muestra de su desconocimiento sobre la materia que trata. Si se documentara como le aconseje anteriormente se daría cuenta de que el movimiento skinhead tiene muchos nombre propios, que tristemente, se hayan hecho “famosos” por sus actos violentos individuales (estoy seguro de que a alguno de ellos le encantaría darle a solas su opinión).
    4.”El caso es que yo nunca fui atacado por un estínjer. Y eso que hice muchos méritos. Llevaba el pelo largo y volvía a casa solo por la noche, cautivo y desarmado cual ejército rojo. Una vez, un amigo me regaló una camiseta muy chula con una hoz y un martillo y las siglas CCCP, que son las siglas de la URSS en ruso. Otro amigo llevaba otra camiseta con la leyenda: KGB, Still Watching You!.” – Si ud. nunca ha sido atacado por uno (cosa que ,yo por ejemplo, si) esta claro que no tendrá ni idea de lo que se siente, ni podrá opinar sobre ese aspecto. De este mismo párrafo me gustaría destacar tambien su alusión a la URSS (para que luego me diga que no tiene tintes políticos izquierdistas, si de una manera muy sutíl, esta poco menos que poniendo a los comunistas en el bando de los buenos). Y esto me hace gracia porque no se si sabe ud. que tambien hay skinheads comunistas bien organizados, y no son pocos.
    5.”Los estínjers eran las meigas de nuestro barrio. Haberlos, húbolos, pero, ¿quién los había visto? Yo no, desde luego, y nunca me sentí amenazado por ellos.” – Si no ha visto ninguno y no se siente amenazado ¿Para que tanta historia y tanto paripé? Si es un simple relato por favor, avise que se trata de un relato fantástico, porque la gente puede no comprender.
    6.”Hoy, sin embargo, parece que ya no hay estínjers. No se oye hablar de ellos, desaparecieron sin dejar rastro. ¿Qué pasó? ¿Terminaron la FP y se montaron un taller de tunning? ¿Acabaron Derecho y consiguieron un escaño de eurodiputado por Falange Auténtica? ¿Se rehabilitaron, como el estínjer de American History X, y ahora se dedican a dar charlas sobre control de la ira en institutos públicos y escuelas de negocios?” – Claro que sigue habiendo skinheads en la actualidad. Precisamente dada su dilatada experiencia sobre el tema, sabrá que sin más, se adaptan a los tiempos actuales en los que la actuación policial se ha ido haciendo más fuerte sobre estas minorias. Siguen teniendo sus conciertos, sus fiestas, siguen yendo al futbol… ¡Qué narices! ¡Seguro que hasta tiene un vecino skinhead y no lo sabe!. Pues soy de Zaragoza y le puedo decir que todavia los hay, no le quepa duda Don Sergio, de hecho como se ha podido comprobar tras las pasadas elecciones es que ha vuelto a resurgir el movimiento, aunque todavía está en pleno periodo de gestación. Un apunte, ¿Taller de tunning? Curioso.
    7.”No lo sé, el caso es que desaparecieron, como tantas otras cosas de los años noventa, como los pantalones con muchos bolsillos y como Lydia Bosch. A los pantalones con muchos bolsillos los sustituyeron los chinos del H&M; a Lydia Bosch, Carmen Machi, y a los estínjers, nadie. Hay un vacío en la violencia juvenil que urge rellenar. Hay millones de madres en toda España deseando algo que temer: no pueden quedarse tan tranquilas mientras sus hijos se van por ahí de botellón. Tienen que estar aterrorizadas por algo, démosles motivos, inventemos unos nuevos estínjers. Estínjers reloaded.” – Por último se cubre de gloria, con el colofón final de que falta violencia juvenil en las calles. No se en que calles vive ud. pero en las mías hay más violencia de la que me gustaría. y no hablo de los skinheads (que por supuesto siguen en activo), hablo de los “latin kings”,ciertos musulmanes que toman estas tierras por suyas, Sharps, etc.
    Si le parece bien ya he terminado de refutar. Espero que lo lea y que no se lo tome a mal, porque, como periodista estará acostumbrado a las críticas. Supongo que le sabrá malo y lo tomará por el angulo equivocado. Que le voy a decir yo ¿Verdad?

    Muchas gracias por concederme su tiempo Su Ilustrísima.

    -Nacho-

  14. Por cierto, si hablan de bandas callejeras no busquen el los libros, busquen en las calles. Encontrarán más información y además de primera mano se lo aseguro.
    Un apunte también, no hace falta que se ande con formalismos conmigo Don Sergio. No me gusta que me traten de ud., para futuros comentario Nacho a secas, le doy permiso para que me tutee.

    -Nacho-

  15. Nacho: a mí no me sabe nada malo (qué gran expresión aragonesa: saber malo, me encanta, en serio, yo la uso mucho), salvo las faltas de ortografía, que por acá abundan. Pues nada, procuraré no confundir a personas no familiarizadas con el vocabulario. Había mucha gente confundida por ahí, no me había percatado.

    No voy a comentar nada porque me da mucha pereza enzarzarme en un diálogo sin salida (por no decir “de besugos”, no vaya a confundir a gente no familiarizada con el vocabulario besuguil), pero me intriga eso de que en las calles que usted habita (qué suerte tener varias calles, su casa será muy grande y dará a varias vías; la mía sólo tiene un portal chiquitito, soy pobre y sólo tengo una calle, que ni siquiera es mía, es del ayuntamiento) hay más violencia de la que le gustaría. ¿Cuánta violencia le gustaría? ¿Cuál es el grado aceptable de violencia o cuánta violencia sería de su gusto? En mi calle, le puedo asegurar que el único suceso violento que sufrimos es cuando el señor gordo de enfrente se pasea en pelotas por su casa a la vista del vecindario. Contemplar el bamboleo hipnótico de sus lorzas en movimiento es mucho más de lo que una sensibilidad refinada puede tolerar.

    Lo de que tengo mal gusto me lo tomo como un cumplido. Muchas gracias, me esfuerzo un montón en resultar desagradable, y me alegra saber que lo consigo y me reconocen el mérito.

  16. Sr. Del Molino:
    Me encanta la lectura e intento mejorar día a día mi caligrafía. Entienda ud. que no todos somos periodistas y escritores. Ya le gustaría a mucha gente que se las da de sabio escribir como yo. No creo que sea un diálogo de besugos, siempre y cuando aprendamos algo nuevo con la conversación. Quizás yo podría aprender a escribir mejor (como ya le he dicho, me esfuerzo por hacerlo lo mejor posible) y ud. quizá podría aprender algo sobre lo que se sustenta su relato (hablo de este en concreto).
    Además estoy seguro que en el fondo apreciará que alguien en vez de ocupar su comentario con elogios hacia su persona, sea un poquito crítico.
    Desde luego si pretende maravillarme con sus recursos, en vez de hablar sobre la parrafada que le he dedicado a su relato, no hace si no decepcionarme. No lo digo por molestar. Usando otra gran expresión yo le hablo de un tema y ud. me sale por los “cerros de Úbeda”.
    En fin, si ud., que está versado en temas de índole literaria no es capaz de comprender mis simples expresiones, o bien pretende hacerme quedar como un aficionado, que es exactamente lo que soy, o bien simplemente es que es un poco tonto. Siento si soy algo brusco, pero bueno, espero que se retracte de sus palabras, sobre un tema tan interesante como es el que nos ocupa, llamándolo conversación de besugos.
    Por cierto, sinceramente pienso que un poco de violencia viene bien para desestresarse y liberar las tensiones del día a día a las que nos tienen sometidos estos politicuchos, como por ejemplo, la incertidumbre de si tendremos trabajo mañana, que cada día nos prohiban más cosas, o que suba todo menos nuestros sueldos. Y desde luego, no me malinterprete con lo de violencia ya que no toda violencia es apalizar a negros o reventar el mobiliario urbano.
    Nada más que objetar.

    Un saludo

    -Nacho-

  17. A ver, Nacho, es que hay cosas que, si no se pillan a la primera, es penoso explicarlas: ¿no ves (tuteo, la broma del usted ya ha perdido la gracia de puro manoseo), por el tono del artículo y del blog en general, que rehuyo el debate serio y razonado, que no me interesa convertir esto en una mesa redonda? Yo sólo busco la ligereza e hilvanar un par de chistes. Para las cosas serias ya están el periódico o las tertulias de la radio. Aquí se tratan cosas ‘low fat’ con aire distendido, a ser posible. O eso intento. ¿Por qué queréis debatir en serio conmigo cuando no hablo en serio, y cuando escribo en serio nadie entra al trapo?

  18. Sr. Del Molino:

    Cuando quiera, si me dice donde, le entraré al trapo a favor o en contra de lo que diga, según la opinión que me merezcan sus palabras. Sinceramente creo, que si a elegido este tema para hacer chistes, no le veo la gracia por ningún lado. Y ya no me refiero que tenga ud. mal gusto, me refiero a que quizá debería dedicarse exclusivamente al periódico o ahora que estamos en campaña de navidad a buscar trabajo en el Corte Inglés.

    ¡Buenas noches y buena suerte!

    Por cierto si quiere un chiste “facilón” aquí le dejo uno a continuación:

    “Sr. del Molino cómame ud. mi sr. Pepino.”

  19. ¡Bravo, me encantan las rimas escatológicas nivel EGB! Las practico mucho con mis amigos estínjers. Eso sí, con Nacho es difícil, no voy a estar a la altura del reto. A ver…

    Nacho, bajo y te la escacho.

    Nacho y su terrible banda del gazpacho.

    No, no se me ocurren buenas, es un nombre difícil de rimar bien. Pero con Molino se pueden hacer unos ripios bien bellos. Ese me ha molado.

    Me alegra que el debate alcance al fin su más alto nivel intelectual.

  20. Nacho, macho, está muy bien eso de que leas mucho para mejorar tu caligrafía. También deberías procurar una mejora de tu ortografía.
    Del resto de tu intervención saco la conclusión de que eres tonto.

    Quería hacer un chistecillo para finalizar, pero no me se ocurre ninguno sobre estínjers, así que contaré uno muy viejo:

    - Cariño, me se cae la baba.
    - Será se me.
    - No, es seme…

  21. Como me estaba riendo, he puesto el chiste mal.

    - Cariño, me se cae la baba.
    - Será se me.
    - No, es baba.

  22. No, si ya lo estoy viendo. Los estínjers van a ser el Mägo de Oz de esta nueva temporada del blog…

  23. KÁLLATE, ANAKRIX PINCHE GÜEY, LOS MÄGO NO SE TOCAN, PINCHE HUEVONA, GÜEY, TXUS DI FELLATIO, PECHO PALOMO, AYAYAYAYAYAY, TOMATE ORLANDO ARRIBA ARRIBA ÁNDALE ÁNDALE YIIIIIIIIIIJA!

  24. Por cierto, me descubro ante el chiste duplicado de Severiano. Después del del perro Mistetas, de lo mejorcito del repertorio español, y muy didáctico en lo gramatical.

  25. Chistes guarros, rimas con pepino, insultos a la mexicana… yo porque sé que sois listicos y eso, que si no…

  26. No se que es peor si reirse de la gente que tiene su propia opinión o de hablar y reirse de un movimiento que sigue activo sin tener ni puta idea

  27. ¡Madre mía! ¿Eso es todo lo que se os ocurre? A un escritor y sus “lacayos”… Severiano, yo debería mejorar la ortografía pero tu deberías releer tus comentarios antes de escribirlos, que jodas un mal chiste justo al final, me ha sorprendido lamentablemente. Habeis reaccionado justo como yo esperaba. Nadie es capaz de contradecirme con hechos. Del escritor lo entiendo, porque me he tomado una pequeña licencia, pero los demás…
    Habeis demostrado lo que yo quería comprobar, que sois más tontos los tontos que van detrás del tonto. La verdad es que no he sido el único que se ha reído con estos comentarios. Gracias por la magnífica tarde que me habeis hecho pasar.
    Sr. Del Pepino: no esperaba que entraras al trapo, ¿Pero no te he dicho ya que no era “stinjers”? Se escribe skinheads. Nunca pensé que acabaría corrigiendo a un periodista/escritor. Desde luego no me extraña que trabajes para el Heraldo. Entiendo que estamos en crisis, permitirse trabajadores de mayor talla sale caro. Desde luego con esas rimas que te has sacado de la manga se me hace raro que no te ofrezcan un puesto en redacción. La verdad es que a partir de ahora seguiré sus artículos con denonado interés.
    Aún estoy esperando a que alguien como bien dijo el Sr. Pepino me responda como es debido. La verdad es que lo acepto, no seré muy elitista pero el chiste ha sido muy bueno. Todos ellos.
    Y ya que le ha gustado mi rima de EGB, sepa que yo estudie primaria y ESO, el nivel es más bajo, lo acepto, pero uno hace lo que puede. Así que si les ha gustado la rima, aquí les dejo otra menos hiriente, pero igual de sencilla:

    Sr. Del Pepino, digooo Del Molino, me congratula que diga ud. tonterías como un molino, pero sepa ud. que con ellas me toco el pepino, que de tanta tontada, se me ha puesto taurino.

    -Nacho ( el de la EGB)-

  28. Igual el Sr. del Molino es el que redacta esos originales titulares tan elaborados sobre SHARPS y jovenes de extrema derecha que publican de vez en cuando en el Heraldo de Aragón. Le felicito por lo menos por saber que ambos llevan la cabeza rapada.

  29. Sois casi un fenómeno antropológico. Inasequibles al desaliento, no conocéis el cansancio. Yo soy humano, no puedo estar todo el día atendiendo vuestras tontadicas. Ya me gustaría perder más tiempo en este interesante debate, pero los titulares tan elaborados sobre SHARPS y jovenes (sic) de extrema derecha que publican de vez en cuando en el Heraldo de Aragón no se escriben solos. Mecachis, sí, me habéis pillado, yo soy el de los titulares tan elaborados. El de los menos elaborados es mi primo, que es más tontico.

  30. Si, puede que seamos cansinos, pero las ganas de “debatir! las has creado tu con la basura que has escrito.

  31. Que entretenido esta esto, ¿no?

    Hala, pues yo voy a cambiar el tema un poco.

    Me voy por lo transversal, por los miedos.

    En mi caso el miedo de juventud era al SIDA. Tal y como nos lo pintaban entonces, íbamos a palmar todos de SIDA tarde o temprano. Todo eran miedos y represiones.
    Y al final tampoco era para tanto: los que fueron promiscuos y despreocupados, están sanos en su mayoría. Y los que fuimos cautos hasta la paranoia, estamos hoy rondando los cuarenta todos medio tarados por la sexualidad reprimida. El SIDA sustituyó a la iglesia en esta labor en toda una generación.

    En fin. Los miedos de juventud. Que entretenido todo.

  32. Yo me río de la gente que tiene su propia opinión si me sale de los cojones, ¿qué pasa? Que alguien tenga una opinión sobre algo no garantiza que esa opinión no provoque la risa en los demás.
    Y me río de ese movimiento que sigue activo sin tener ni puta idea. A ver si se aclaran y descubren para qué se mueven.
    También me gusta opinar sobre cualquier tema sin tener ni puta idea, como los tertulianos, los columnistas, los curas y los diputados. Y los estínjers.

    Hablando de la crisis, le dice un amigo a otro:
    - ¿A ti que te parece la postura alemana?
    - A mí lo que me gusta es que me la chupen.

  33. Rondabandarra estínjer por imperativo genético

    ¿¿¿32 comentarios???

    ¿Qué coño es esto? ¿Pero es que todos los estínjers se han hecho fans de Mago de Oz?

    Hay uno que sale en “American History X” (qué decepción, por cierto, no salen ni Pocahontas y John Smith follando ni Abe Lincoln sodomizando a la mujer de Johnson, que me devuelvan la entrada) que, efectivamente, sigue igual de tonto: es Randy, el hermano de Earl Hickey.

    Y hablando de estínjers tontos, había uno -de la cuadrilla del famoso Baeta (¿cómo es que no se le había nombrado aún, en 32 comentarios?)- en el barrio de La Jota, al que le quemaron la puerta de casa, o algo así. Pero, ¿cómo te haces estínjer viviendo en La Jota, alma de pollo?

    Y para acabar, un chiste guarro de propina, dedicado a Severiano (sí, advenedizos estínjers, aquí los comentaristas habituales nos las chupamos entre nosotros, ¿algún problema?)

    - ¿A ti te gustan las mujeres con muchas tetas?
    - No, a mí con más de dos me dan grima.

  34. Hacía tiempo que no me reía tanto. Entre los chistes de unos y los “esbarres” de otros, me habéis alegrado el día.
    La culpa de todo la tiene el poco sentido del humor que demuestran algunos personajes como el señor Nacho. No hay que tomarse las cosas tan a pecho. ¿Será el efecto de la crisis y del miedo en el cuerpo que nos meten los medios día tras día?
    Señor autor del blog, para la próxima entrada le propongo tema: “la pérdida del sentido del humor en la sociedad actual” o mejor aún “cómo ser un estalentao con poca gracia”
    Por cierto, en mi caso no eran “estínjers”, eran “eskinjís”

  35. Va un estínjer al médico y este le dice:
    -Joé que mala cara traes. Te voy a mandar unas pruebas. Toma estos botes de muestra y mañana me los traes llenos de pelo, orina, sangre, esperma y heces.
    -Heces, orina, esperma, pelo, sangre… ¡Pues joder, mejor analízame los calzoncillos y acabamos antes!

  36. Ostia, el Baeta, se me había olvidado ese personaje del que en mi barrio se hablaba sin parar, era como el monstruo del Lago Ness. Y es cierto que yo sí vi estínjers y hasta le dieron de tortas a algún amigo. Y es cierto que ahora veo menos, pero claro tampoco frecuento ya ni El Royo ni San Miguel, igual hay por todas partes y yo sin enterarme.

    Nacho, Severiano y compañía, geniales los chistes, en el trabajo me miran mal por reirme a carcajada ante la pantalla. Espero que la cosa no pase a mayores.

  37. Rondabandarra el Corto

    Hala, pues otro para Silvia:

    - Mamá, mamá, un señor me ha dicho que si se la chupaba me regalaba estos pendientes.

  38. Me encanta saber, que estando el país como está haya tanta gente con un enorme sentido del humor. Verdaderamente poco más nos queda ya. Pero bueno, “Spain is diferent” ¿No? Me alegro haberle alegrado a alguno la mañana (o por lo menos en la parte que me toca). Claro que se puede opinar sin tener ni puta idea, en España eso se hace a diario y asi nos va a todos. Sr. Del Molino, entiendo despues de leer sus reacciones que su primo sea aún más tonto que Ud. Imagino que le habrá tocado la difícil papeleta de abanderar su el apellido de su familia, por lo menos lo intenta. Y eso le honra.
    Siento que esto haya acabado de esta forma. Pero a la vista de todos esta que la gente, antes responde a las tonterías (los chistes malos y demás que haya podido escribir en anteriores comentarios) que a los demás comentarios, que aunque no sean del agrado del autor del texto y sus amigos, son verdades como templos.
    Me alegra saber que algo en este país no haya cambiado.

    -Nacho-

  39. Sergio, lo que me he reído con lo de las madres, con los ‘esjínters’ y con los comentarios de algunos desubicados. Yo también recuerdo esa peli y con el coñazo que dieron una época con esta gente que ahora debe estar en el cementerio de los hypes informativos, junto a la gripe aviar y los perros asesinos, todos juntos durmiendo el sueño de los justos

  40. Un estínjer llega a casa y le dice a su padre:
    - Papá, tengo que decirte una cosa muy importante: he perdido la virginidad.
    - Vaya, qué mayor estás ya. Siéntate y cuéntame cómo ha sido.
    - No… Sentarme no.

  41. ¡Bravo!
    Concluyo de todo esto que la frase esa de “Ey, tío, soy heavy pero también me gusta Mozart” ahora es: “Ey, tio (sic), soy estínjer pero tanbien (sic) me gusta Mozar (sic)”.

  42. Rondabandarra el Corto

    Dos estínjers que hace mucho que no se ven se encuentran por la calle; uno de ellos había sido padre en el ínterin:
    - Hombre, ¡qué alegría de verte! Ya me enteré de que fuiste padre, ¿cómo está la criatura de grande?, ¿ya anda?
    - Sí, claro, si ya tiene dos años. Empezó a andar a los 13 meses.
    -¡Jodo, pues ya estará lejos…!

  43. En este país para hablar de cualquier tema hay que ir con cinco notarios, seis sociólogos, doce economistas y cuatro abogados. Las cifras están rigurosamente calculadas.
    La mundanidad, el batiburrillo profano e impío, está perdiendo terreno de un modo curioso. Cuando se habla de forma subjetiva y personal (la inefable “expresión de las emociones”) se alcanzan límites cursi- oligofrénicos, propios de la pornografía sentimental. Y fuera de esto no hay otro registro posible que el de hablar de los “hechos”, de hablar con datos contrastados e hipótesis empíricamente probadas. Así que entre el exhibicionismo pornosentimental y las opiniones unívocas y planas, ¿qué espacio nos queda a los bocazas? Por que eso es un escritor no especializado, un bocazas extraoficial, no pretende demostrar ni ensayar nada, ni tampoco biografiarse. Y si esto no puede ser, ¡pues nada!, tecnocracia en lo social y psicología barata para la vida personal. Pero recordemos que el primer mundo es la mundanidad, que cerca todo lo especializado y lo social, y que por otra parte se nutre de ello. Todavía, por suerte, se puede hablar de forma pública como individuo,y se puede escribir sobre asuntos personales desde una perspectiva impersonal. Y en el nudo de esta conjugación está la chusma, sin orden ni concierto, propagando el caos, ¡ja!
    Me la suda sino me he explicado bien. Como diría la otra, Del Molino, vamos que las ha liado parda. Sigo tu blog y tus andanzas, bonita presentación de tu libro, enhorabuena.

  44. Señor Rondabandarra:

    Hace tiempo fui seguidor de su blog pero como lo hizo privado no pude continuar leyéndolo. Me gustaría que me indicase cómo poder acceder y si es necesaria invitación.

    Un saludo

  45. Un estínjer de 9 años llega a una farmacia:
    -Señor farmacéutico, deme una caja de condones y lubricante, por favor.
    -¡Pero niño! ¡Si aún tienes los dientes de leche!
    -(limpiándoselos con el dedo índice) Uy… ¡perdón!

  46. Rondabandarra el Corto

    Dr. Web: para recibir una invitación, es requisito imprescindible que seas una mujer de entre 20 y 24 años fellatrix acreditada.
    En serio, cerré el blog y ahí estará, durmiendo el sueño de los tontos (“justos” no me parece un buen calificativo para un blog chorras como era), eso en el caso de que Blogger no lo haya borrado…

    Y volviendo a lo que nos ocupa:

    Un estínjer va a una frutería:
    - Muy buenas, ¿tiene fresas?
    - Muy buenas
    - ¿Tiene fresas?

  47. Pues nada, habrá que unirse a la fiesta…

    Un estínjer entra en una librería y dice al vendedor:
    -¿Me da un manual para hacer amigos o le reviento la cabeza, hijo de puta?

  48. Rondabandarra: tu blog es como el Canfranc, desde aquí reclamo ¡reapertura ya!

  49. Yo solo pasaba por aquí…pero…
    Va un Skins a una zapatería y le dice a la dependienta ¿Tienen zapatillas del 36?
    ¡No señor. De la guerra no nos queda nada!

  50. Que me he enterado, ¿que tu hijo es maricon?

    ¿Mi hijo?, nooo!!!, el que va con él

  51. Joder colega!!!!
    Hacía tiempo que no me reía tanto
    Esto es un post y lo demás sandeces

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