JOE BRAINARD TENÍA RAZÓN

Os cuelgo el artículo que publiqué el domingo pasado en Heraldo. Pero, antes, os hago una pregunta: cuando recordáis algo de vuestra vida, ¿las imágenes que os vienen a la cabeza se parecen a esta?

¿O más bien a esta?

En fin, sacad vuestras propias conclusiones. Mientras reflexionáis, echad una lectura a este articulillo de La ciudad pixelada.

Georges Perec escribió en 1978 un libro de culto que no se tradujo al español hasta 2006 (editorial Berenice), pero que llevaba años siendo muy conocido, leído, parafraseado, plagiado y venerado en España -el escritor Juan Bonilla, uno de sus más fervientes apóstoles, tiene una gran colección de ediciones del libro en muchos idiomas y formatos-. Se titulaba ‘Je me souviens’. En castellano, ‘Me acuerdo’. Era una idea muy simple: 478 recuerdos del autor, enunciados en dos o tres líneas de forma aséptica y plana, que acababan componiendo un retrato generacional de los franceses de los años 60 y 70.

La propuesta no era original: Perec se la copió al escritor estadounidense Joe Brainard, que en 1975 había publicado ‘I remember’. Perec lo plagió sin miramientos, reconociéndolo abiertamente en la primera página, donde se lee: “El título, la forma y, en cierto modo, el espíritu de estos textos se inspiran en los ‘I remember’ de Joe Brainard”. El impersonal “se inspiran” es una manera poco delicada de decir que los plagian. Y aun así, la copia de Perec ha alcanzado una fama y ha generado un culto que el original de Brainard no logró nunca.

El agravio es más doloroso cuando se comprueba que ‘I remember’ es muy superior a ‘Je me souviens’. Porque Perec hace trampa. Sus “me acuerdo” casi siempre tiran de hemeroteca y de enciclopedia Espasa: se acuerda de atentados terroristas, de armisticios, de estrenos de cine, de escritores muertos, de presidentes de la república, de ciclistas que ganan el Tour de Francia y hasta de dictadores centroamericanos. Sin embargo, Brainard se acuerda de la única vez que vio a su madre llorar, de su primera erección y de cuando su padre le recriminaba (“in a nice way”, es decir, de buen rollo) que sacara las manos de debajo de las mantas. Brainard evoca verdaderos recuerdos y Perec acumula recortes.

Brainard hace literatura, y Perec, periodismo. Supongo que el autor francés disfrutaría mucho estos días en la redacción de un periódico, confeccionando resúmenes del año, armando cronologías, evocando las noticias más importantes de los últimos doce meses. Yo también me lo pasaba bien haciendo esas cosas, hasta que descubrí que eran recuerdos falsos. Ya no me creo a los Perec, no me trago su juego.

Cuando usted evoque este 2010 que ahora termina, ¿qué recordará? ¿La huelga general, la inauguración del AVE Madrid-Valencia, el cese de José Aurelio Gay? Puede recordarlos, sin duda, pero me apuesto mi magra salud a que lo primero que le vendrá a la mente será íntimo, familiar, erótico. Se acordará de los besos que dio o de los que no dio, de los abrazos que regaló o que negó a sus amigos, de las bromas que gastó a la gente que quiere, de la borrachera que cogió aquella noche de marzo y de lo fría que estaba el agua de la playa de Cádiz en agosto. Algunos recuerdos serán tan íntimos o tan dolorosos que no podrá evocarlos en voz alta, y entonces tendrá que recurrir a la hemeroteca y decir que se acuerda de la huelga general, de la inauguración del AVE Madrid-Valencia o del cese de José Aurelio Gay. Pero usted y yo sabemos que será mentira.

Una costumbre algo extendida consiste en regalarle a alguien por su cumpleaños la portada de HERALDO del día en que nació. Es sorprendente la cantidad de sucesos que pasaron esos días sin que los padres y allegados del cumpleañero se enteraran: batallas en Indochina, marchas sobre Washington, pruebas nucleares en la frontera coreana y presidentes de nombres y caras olvidadas diciendo cosas que nadie entiende ya. ¿De verdad estaba pasando todo eso mientras un grupo de personas prestaba atención al nacimiento de un bebé?

Joe Brainard tenía razón, no se deje engañar por Perec.

Una Respuesta a JOE BRAINARD TENÍA RAZÓN

  1. Me acuerdo de “Joe Brainard tenía razón”.
    Georges Perec

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