UN LECTOR COHERENTE

Como leo el último de Vila-Matas en el hospital, Pablo lo toma por un juguete. O por un libro, no lo sé. El caso es que me lo quita, lo hojea, lo abre, lo retuerce y lo manosea por todas partes. Lo manipula por todas las zonas manipulables, le da tres mil vueltas y me mira desconcertado. Al final, harto de darle vueltas al libro, lo tira y se echa a llorar.

Es decir, que se comporta como un lector de Vila-Matas, reacciona ante su literatura como se espera que reaccione cualquier lector. Le aplaudo. Le digo: «Muy bien, hijo, has entendido a la perfección la obra de Vila-Matas y te comportas como todos sus lectores».

Sorprendido por su sensibilidad literaria, voy a llevarle una de Goytisolo y otra de Fernández Mallo, a ver qué le parecen. Después de su reacción ante Vila-Matas, Pablo se ha revelado como un lector de finísima sensibilidad, así que me voy a guiar por sus gustos.

PD.- Hablando de literatura y de la frustrada ley Sinde. El otro día, en El País, Javier Marías escribía que si no se aprobaba la mentada ley, no sabía si publicaría otra novela. Desde aquí pido a todos los parlamentarios y senadores que tengan en cuenta sus palabras: en sus manos está librar al mundo de otro tocho de Javier Marías. Si esta polémica sirve para que no haya más novelas de este señor, bien empleada estará.

Una Respuesta a UN LECTOR COHERENTE

  1. Esta mañana, leyendo tu comentario mientras cae la nieve imaginaria, me he sentido menos solo. Otro héroe en el campo de batalla frente a Marías, un tipo del que nunca he entendido su éxito, su ampulosidad, su engolamiento,…
    Uséase, que no lo soporto.
    Abracicos!

Deja un comentario